En una noche de mayo
cuando la luna ya estaba en lo alto del cielo, yo me dirigía hacia nuestro
escondite, donde él y yo nos conocimos, y donde nos encontramos todos los días
desde entonces.
Le espere durante
dos horas pero no llegaba. Cuando decidí marcharme, llorando porque se olvido,
llegó corriendo hacia mí y gritando mi nombre, pero yo no podía girarme para
esperar un abrazo suyo, y permitir que me viera derramar lágrimas por él.
Cuando me alcanzo, ya a pocos metros de mi casa, se colocó frente a mí y me
abrazó. Me pidió perdón por llegar tarde y me seco las lágrimas tiernamente con
sus dedos. En ese momento me llego un ligero olor a perfume de mujer, pero lo
deje pasar. Me explico que su hermana no le dejo salir, porque ya no eran horas
para estar por la calle, pero que consiguió escaparse por la ventana de su
cuarto. Puesto que yo seguía muy enfadada con él nos dirigimos cada uno a nuestra
casa. Yo me tumbe en mi cama y comencé a llorar desconsoladamente.
A la mañana
siguiente, con los ojos hincados y rojos de tanto llorar, me despedí de mis
padres rápidamente para que no me vieran la cara y me preguntasen lo que me
pasaba. Cuando llegue al instituto mis amigas me empezaron a preguntar que me pasaba,
por qué estaba tan triste. Yo me vi obligada a contárselo, porque si no me lo
iban a acabar sacando a la fuerza. Ellas me dijeron que el olor a mujer no
significaba nada, que sería el perfume de su hermana o su madre; pero tanto
ellas como yo sabíamos que eso no era así.
De vuelta a casa me
pase por su trabajo, en un supermercado cerca de mi casa. Él le pregunto al
jefe que su se podía tomar un descanso. Cuando al fin el jefe cedió nos fuimos
al parque, y me pidió unas cincuenta veces perdón, y puesto que yo lo amaba, decidí
perdonarle. Decidimos quedar esa misma noche para hablar más.
Ya pasadas dos
semanas desde nuestra conversación me le encontré hablando con una mujer
bastante juntos, como si fuesen pareja. Yo, que había ido a buscarle al
trabajo, me fui corriendo a casa de mi mejor amiga, yo la informé de lo que había
visto. Ella me consoló diciéndome que no se trataba de nada importante que lo
olvidase, que él me quería mucho y que nada rompería lo que teníamos. Entones
yo la hice caso y volví a buscarle y nos fuimos a dar una vuelta por allí
cuando terminó de trabajar.
Ya eran las 12 de
la noche cuando volvía a casa y mis padres me castigaron por no decirles que
iba a tardar tanto, así que le llame para decirle que al día siguiente no iba a
poder quedar.
A la mañana siguiente, como al final me dejaron salir,
decidí darle una sorpresa e ir a buscarle a la salida del trabajo. Cuando
llegué me lo encontré besándose con la mujer con la que le había visto hablar.
En ese momento pensé que me moría, se me calló el mundo encima, no sabía qué
hacer, a donde ir, estaba totalmente en shock. Cuando él me vio se dirigió a mi
e intentó darme explicaciones pero ya no había explicación para lo que acababa
de ver. Yo le dije que no volviese a hablarme, que ni siquiera le quería ver
cerca de mí. Sólo pienso en olvidarle pero hay a personas
que no se pueden olvidar....
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